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Frida Kahlo y Diego Rivera, amor a pesar de todo

La pintora mexicana Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón es sin duda una de las mujeres de mayor resonancia en el ámbito del arte mundial. Esta es la vida de la pintora Frida Kahlo

Mis cuadros son como las fotografías de mi padre para ilustrar calendarios, con la única diferencia de que yo pinto los calendarios que se encuentran dentro de mi cabeza en lugar de representar la realidad exterior. Nunca pinte sueños, pinte mi propia realidad. 


Frida Kahlo y Diego Rivera, amor a pesar de todo
Frida Kahlo y Diego Rivera, amor a pesar de todo


Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón nació el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, un pueblo situado a las afueras de la gran capital mexicana.
Su padre Guillermo Kahlo era un reconocido fotógrafo de origen alemán quien después de haber enviudado, y con dos hijas pequeñas, se apresuró a contraer matrimonio con la madre de Frida, Matilde Calderón.
De este segundo matrimonio nacieron 4 niñas más, Matilde Adrián, Cristina y Frida. La familia Kalo contaba con una posición económica bastante acomodada. Guillermo Kahlo era un fotógrafo contratado por el gobierno del dictador Porfirio Díaz.
El padre de Frida fue comisionado para viajar por todo el país fotografiando edificios y monumentos históricos, gracias a este trabajo pudo costear la educación de sus hijas en el prestigiado colegio alemán y construir la hermosa casa azul de Coyoacán donde Frida Kahlo creció.
Matilde Calderón, la madre de Frida, era sumamente religiosa e intentó poner en este camino a sus hijas, pero a Frida no le interesaba educarse para ser una de esas señoritas, rescatadas que solo se dedicaban a su familia viviendo en el anonimato tras la sombra de sus maridos.  Ella no compartía esta visión de la mujer con su madre lo que provocó fuertes fricciones entre ellas. 
Frida por el contrario era la preferida de su padre, de él obtuvo la mayor influencia, le heredó el gusto por la naturaleza, también le enseño a retocar y colorear fotografías utilizando minúsculas pinceladas, técnica que sería fundamental en su estilo pictórico. 

El calvario físico de Frida comenzó a los 6 años cuando cayó en cama nueve meses víctima de poliomielitis, la pierna derecha le quedó más delgada y la ocultaba empalmando tres o cuatro medias.  Esta experiencia la convirtió en una niña insegura y con una gran necesidad de afecto, su padre trató siempre de darle el estímulo y la atención que necesitaba, incluso cuando a los 15 años decidió que quería estudiar medicina la apoyó para que ingresara a la escuela nacional preparatoria en la ciudad de Mexico donde estaba floreciendo la nación moderna.
Después de la caída de Porfirio Díaz en 1911, se desató la revolución mexicana, en 1922, para los que no sabían leer el nuevo gobierno se dio a la tarea de llevar al pueblo a través de la pintura en muros públicos, imágenes que glorifican la historia y cultura de México.
Uno de estos muros sería encargado al ya famoso pintor mexicano Diego Rivera, quien pintaría un mural a sueldo de albañil, en el auditorio de la preparatoria a la que recién ingresaba Frida, fue ahí donde vio a Rivera por primera vez.
Frida solía meterse a escondidas al auditorio donde Diego trabajaba y se sentaba horas a observarlo pintar. 
A pesar de la fascinación de Frida por Rivera en el verano de 1923 inició un noviazgo con Alejandro Gómez Arias, la intensa relación se prolongó por cuatro años en los que Frida de niña pasó a convertirse en mujer.
Mientras Frida seguía creciendo también crecían los problemas económicos en su casa, con la caída del dictador Porfirio Díaz su padre había perdido las lucrativas comisiones del gobierno.
Para ganar dinero y ayudar a su familia Frida se vio obligada a pasar por varios trabajos sin interesarse en ninguno, finalmente su padre consiguió colocarla como aprendiz del grabador Fernando Fernández con quien descubriría un gran talento escondido.
Comenzando apenas a vivir, esta muchacha de 18 años llena de energía, pronto iba a sufrir una terrible tragedia, con consecuencias catastróficas que la seguirían por el resto de su vida.
La tarde del 17 de septiembre de 1925 el camión en el que viajaba Frida con destino al pueblo de Coyoacán chocó con un tranvía, el camión se partió en dos y el cuerpo de Frida quedó destrozado.

Mentiras que uno se da cuenta del choque, mentiras que se lloran, en mi no hubo lágrimas el choque nos botó hacia adelante ya mí el pasamanos me atravesó como la espada un toro.

Las consecuencias del choque fueron desastrosas el hombro izquierdo fuera del lugar, dos costillas rotas, tres fracturas en la columna vertebral, tres fracturas en la pelvis, 11 fracturas en la pierna derecha y el pie derecho dislocado y aplastado.
Desde este momento el dolor y la lucha contra este, se convertirían en los temas centrales de la vida de Frida. 
Después de pasar un mes hospitalizada, luchando por su vida, siguió un largo periodo de recuperación en su casa, casi inmovilizada a causa del corsé de yeso que debía utilizar, Frida comenzó a pintar.

Me aburría muchísimo en la cama, por eso decidí hacer algo, robe las pinturas al óleo de mi padre y mi madre me mandó a hacer un caballete especial, puesto que no me podía sentar, así empecé a pintar. 

Sus primeros retratos muestran una fuerte influencia de la pintura renacentista italiana, especialmente de Botticelli.
El primer autorretrato lo hizo en 1926, como regalo para Alejandro ,su novio, quien se mantenía cada vez más alejado de ella.
Pintó este cuadro como un intento por detener a la persona que más amaba, no lo consiguió, pintar se convirtió en el arma con la que pelearía sus más duras batallas, las del amor y las de sus terribles padecimientos físicos que no la abandonaría nunca.
Para 1928 Frida Kahlo se encontraba recuperada del accidente, sin embargo, la ilusión de convertirse en médico se había esfumado y nunca regreso a la escuela, continuaba pintando en su casa.
A sus 21 años era ya una mujer con una clara postura política, seriamente comprometida con sus ideales, simpatizaba con el partido comunista portaba camisas rojas y distintivos del partido y asistía a sus reuniones.


La columna rota y Autorretrato
La columna rota y Autorretrato



El primer encuentro de Diego con Frida


Fue precisamente en una de estas reuniones, a través de la fotógrafa Tina Modotti, que probablemente conoció a Diego Rivera, aunque a ella le gustaba contar la historia de su primer encuentro de otra forma.

Sufrí dos accidentes en mi vida, el primero ocurrió cuando me atropelló en tranvía, el otro accidente es Diego.

Con esta misma intensidad de sentimientos vivían también momentos de profundo amor, Diego le escribía cartas encantadoras en las que la llenadas de besos y la llamaba la niña de mis ojos.
Frida por su parte vivía para Diego, le gustaba tener la casa muy limpia y le hacía que le cocinara en sus platillos preferidos.
A Rivera siempre le gustó que Frida vistiera los trajes típicos de las mujeres indígenas de México, entre los preferidos de Frida estaba el que usaban las mujeres del istmo de Tehuantepec una comunidad organizada por un matriarcado.
Frida llamaba mucho la atención con sus trajes y su vistosa joyería, especialmente en Estados Unidos, donde pasó los siguientes cuatro años, debido a los múltiples encargos ofrecidos a su esposo y en donde comenzó a descubrir ese mundo de imágenes por las que hoy es tan admirada y reconocida.
Frida Kahlo llegó con Diego Rivera a San Francisco en noviembre de 1930, desde su llegada él se dedicó enteramente a su trabajo y por supuesto a sus modelos asistentes y admiradoras, los problemas entre ellos continuaron.
Fue una verdadera fortuna para Frida contar con la amistad del doctor  Eloesser un médico de San Francisco que había conocido en México y que sería no sólo su confidente sentimental sino también su mayor apoyo como consejero médico hasta el final de sus días.
Dejando los trastornos sentimentales a un lado, Frida toma de nuevo el pincel y produce un cuadro con el que revela su universo fantástico.
En un retrato que pinta al año y medio de casada, Frida representa a RiVera como un gran artista el arte siempre sería para él su pasión y ella pequeña a su lado tomaría el papel de la amorosa esposa del genio.
A pesar de que en Estados Unidos Frida estaba ya creando obras importantes con un estilo más definido, no se sentía todavía segura como pintora, jugaba a pintar pequeños lienzos escondiéndose detrás de su esposo, el gran maestro pintor de grandes espacios.


La enorme fama de Diego Rivera los llevo de San Francisco a Nueva York y después a Detroit en abril de 1932. Rivera estaba feliz en EEUU donde su trabajo era admirado y reconocido por todos, Frida por el contrario aborrecía Detroit todo le parecía inferior a México.
La situación empeoró al quedar embarazada de nuevo, otra vez tampoco pudo retener al bebé y lo perdió en un sangriento aborto, pasó 13 días en el hospital y fue aquí donde ideó el primero de una serie de autorretratos que harían de Frida Kahlo una de las pinturas más singulares de su tiempo.
Frida empezó a trabajar en una serie de obras maestras que no tienen precedente en la historia del arte, cuadros que exaltan las cualidades femeninas de la verdad, la realidad, la crueldad y el sufrimiento.
Así como su incapacidad para ser madre le sugirió ciertas imágenes y reflexiones, lo mismo pasó con un eclipse que presenció en Detroit integra su pintura las imágenes provocadas por estos acontecimientos y las convierte en parte importante de su lenguaje personal.
Después de Detroit Frida y Diego viajaron de nuevo a Nueva York donde éste tenía comisionado pintar un mural en el centro Rockefeller, como siempre Diego se olvidó de su esposa para embeberse en su trabajo.
Diego no tenía ningún interés en regresar, a él le gustaba su vida de fama y reconocimiento en EEUU y no iba a dejarlo todo por su esposa.
El estado de ánimo de Rivera cambió cuando fue despedido del centro Rockefeller acusado de pintar escenas comunistas, unos meses después el mural casi terminado fue destruido. Aunado a esta terrible decepción estaban las peleas constantes con Frida y su insistencia por volver a México.
Finalmente ella triunfó el 20 de diciembre de 1933 salió feliz de EEUU al lado de su esposo sin sospechar siquiera que a su regreso se enfrentaría al más terrible dolor el que terminaría por arrancarle el corazón.
En 1933 después de pasar cuatro años en EEUU Frida Kahlo y Diego Rivera regresaron a México a una moderna casa que habían construido en San Ángel un pueblo a las afueras de la capital.
El diseño de la elegante residencia, realizado especialmente para ellos por el arquitecto y pintor Juan Ogorman, satisfacía plenamente las necesidades de la pareja en esa época, eran dos casas completamente independientes, cada una con su estudio y unida solamente por un puente, en una viviría Diego y en la otra Frida. Diego no la perdonaba por haberlo obligado a volver a México su matrimonio no marchaba bien y los problemas de salud de Frida regresaron.
Los padecimientos físicos que la afectaban tanto estaban íntimamente relacionados con los sentimentales, mientras Diego se portaba bien con Frida y le daba la atención que necesitaba, su salud mejoraba, en cambio cuando no la atendía eso la afectaba mucho y enfermaba. Pero no fueron los dolores físicos los que más la dañaron, el golpe más duro los recibió al enterarse que Diego su adorado esposo, estaba íntimamente involucrado con Cristina a su hermana menor, a la que más quería.
La noticia la destrozo y una vez más se apresuró a desahogar su pena como mejor sabía registrando los hechos en una pequeña lámina de metal. como manifestación de su ira se cortó la larga cabellera que tanto gustaba a Diego dejó de usar trajes de Tehuana y se fue a vivir sola.
Frida no soportaba estar sin Diego y al poco tiempo lo perdonó también perdonó a su hermana Cristina tal vez en el fondo fue solo a ella a quien realmente perdono, se adoraban.
A pesar de que regreso con Diego y que lo amaba, esta terrible decepción provocó un fuerte cambio en Frida se volvió más independiente, ya no era la mujer sumisa y conforme de antes, ella también tenía amantes con los que se veía a escondidas de Diego. Sin embargo, mientras que los amantes masculinos debían mantenerse en secreto las relaciones homosexuales de Frida eran permitidas por su esposo.
A la larga lista de amigos de los Rivera se sumó el nombre del revolucionario ruso Trotsky, para quien diego había conseguido asilo en méxico en enero de 1937. 
Su carrera como artista empezó a despegar, en noviembre de 1938 a los 31 años, Frida Kahlo tuvo su primera exposición individual en la elegante galería de Julien Levy en Nueva York. Frida demostró ser una pintora por derecho propio, a pesar de que el apellido de Rivera pesaba fuerte en sus hombros.
Después el éxito en Nueva York viajó a París invitada por André Breton, padre del surrealismo, quien al conocer su obra inmediatamente la catalogó como surrealista.

No sabía que era surrealista hasta que André Breton me lo dijo, lo único que sé es que pinto porque necesito hacerlo y siempre pinto todo lo que pasa por mi cabeza.

Las dos Fridas
Las dos Fridas

Surrealista o no el contacto con esta corriente fortaleció la fantasía de Frida Kahlo, a partir de 1938 se dio un notorio cambio en su obra. En ese tiempo todavía era muy difícil para una mujer ser pintora, la consecuencia, en la exposición de París Frida no obtuvo éxito financiero. Sin embargo el gobierno francés le compro un cuadro, El Marco, hasta entonces ninguno de los grandes pintores mexicanos de la época había sido honrado con esta distinción.
Durante su estancia en París conoció grandes personalidades del mundo del arte, entre ellos Picasso, quien como muestra de afecto le regaló unos aretes en forma de mano.
El reconocimiento y el hecho de que ya estaba vendiendo cuadros, dieron a Frida una mayor seguridad e independencia. 
Frida estaba confundida en sus sentimientos hacia Diego, durante el tiempo que pasó fuera de México tuvo una aventura con Nickolas Murray un exitoso fotógrafo de ascendencia húngara, a quien ella decía amar. 
A pesar de que su romance con Murray era cosa seria, tampoco éste fue capaz de eliminar la presencia de Rivera en el corazón de Frida, al poco tiempo de su regreso a México la relación con el fotógrafo terminó. Al llegar a su país, y con su matrimonio desbaratándose, Frida se instaló en la casa azul de Coyoacán que Trotsky ya no ocupaba.

La separación y el abismo para Frida


Diego se había percatado de la nueva fortaleza adquirida por su esposa y pensó que éste sería el mejor momento para hablar de divorcio, para finales de diciembre de 1939 Frida Kahlo y Diego Rivera estaban legalmente divorciados.
Como era de esperarse ella sufrió una terrible depresión, fue durante este doloroso periodo que Frida creó la que quizás sea su obra más conocida Las dos Fridas.
A partir de este momento se acompaño de plantas, mascotas, esqueletos, sobrinos y de su propia imagen como testigo de su aflicción, ellos llenarían los vacíos de su soledad.
Frida realizó en este doloroso periodo algunas de sus mejores obras, trabajaba incansablemente. 
Nunca estuvieron realmente separados, Frida no dejó de cuidar a Diego le ayudaba con su correspondencia y en asuntos de negocios, el por su lado se preocupaba mucho por el decaído estado de salud de su ex esposa. 

Entre 1939 y 1940 Frida pasó largas temporadas enferma, desarrolló una infección de hongos en la mano derecha y sufría dolores insoportables en la espina dorsal, estaba tan desesperada y deprimida que comenzó a beber mucho, acostumbra va a tomar hasta una botella de brandy diaria. 
Bebía porque quería ahogar mis penas, pero las malvadas aprendieron a nadar.
Las noticias acerca del deteriorado estado de ánimo y condición física de Frida llegaron a oídos de Diego hasta san Francisco, donde éste se encontraba trabajando. Frida estaba por recibir una propuesta de Diego que curaría sus males y que la haría vivir la etapa más feliz de su vida. 
Después del divorcio en 1939, Frida Kahlo padecía de constantes depresiones y problemas en la espina que empeoraban cada día, los médicos mexicanos recomendaban una cirugía que podría curarla. Indecisa escribe a su amigo el doctor Eloesser para que la aconseje, él opina que lo que tiene es más bien una crisis nerviosa y le pide que vaya a verlo a San Francisco para que la pueda tratar.
Frida llega San Francisco en septiembre de 1940 donde se encontraba Diego trabajando, aprovechó para pasar unos días con él antes de ser hospitalizada para su tratamiento, parecía que las cosas con Diego mejoraban.

El segundo matrimonio de Diego y Frida


Frida termino de entender lo que siempre había sabido, Diego tenía otros dos grandes amores aparte de ella, la pintura y las mujeres. Frida Kahlo y Diego Rivera se casaron por segunda vez en San Francisco el 8 de diciembre de 1940, sin embargo esta vez ella puso ciertas condiciones para el matrimonio, quizá ninguna de estas condiciones se cumplió cabalmente, pero ella se sentía conforme y regresó feliz a México a acondicionar la casa azul de Coyoacán, ahí pasaría a los años más felices de su vida.
Su relación marital cambió, entraron en una rutina que los hacía felices a los 2, Diego hacía su acostumbrada vida en la casa de San Ángel que conservo como estudio, mientras que en la de Coyoacán vivían los dos en armonía, sencillamente disfrutaban del placer de convivir y amarse sin importar nada más.
Frida se sentía contenta, además de haber solucionado su vida sentimental, su profesión artística empezaba a tomar auge. La década de los 40 fue de grandes éxitos profesionales para ella participó en importantes exposiciones en México, San Francisco Boston y otras ciudades de EEUU, además obtuvo encargos gubernamentales y privados.
La escena artística en México estaba cambiando para favorecer a los pintores de caballete, los muralistas ya no eclipsaban a los nacientes pintores.
En mayo de 1946, antes de cumplir 39 años, Frida viajó a nueva york para someterse a una complicada cirugía, esta operación le ofrecía una nueva esperanza la oportunidad para finalmente vencer la agotadora batalla contra sus enfermedades y aliviar sus padecimientos de una vez por todas. 
Para el verano de aquel 1946 ,el estado de salud de Frida Kahlo era devastador, su única esperanza era la cirugía que el doctor Wilson le practicaría en Nueva York.
Era una operación muy complicada para 1946, le soldaron cuatro vértebras con una vara de metal de 15 centímetros y con un pedazo de hueso que le quitaron de la pelvis, esta fue una de las 32 operaciones a las que Frida se sometió a lo largo de su vida.
A pesar de las complicaciones que siguieron a la cirugía, Frida se mantuvo optimista y continuó pintando, como recuerdo de la operación realizó un cuadro que tituló, Árbol de la esperanza mantente firme.
Aunque tuvo buenas temporadas y parecía estar recuperándose, en realidad nunca se pudo sentir bien del todo, el periodo que le siguió fue aún más desastroso, tenía dolores fortísimos en la espina dorsal que calmaba tomando demerol, un analgésico narcótico derivado de la morfina. 
También desarrollo anemia y volvió a brotar le la infección de hongos en la mano derecha, además padecía de falta de circulación en la pierna derecha, todo esto llevó a su hospitalización en 1950 y no sería dada de alta hasta un año después.
Durante su estancia en el hospital, Frida continuó pintando con ayuda de un caballete especial que le permitía trabajar acostada. Diego era muy cariñoso con ella y trató de hacer su estancia lo más placentera posible, además de las banderas y palomas de la paz que ahora adornaban sus cuadros había algo distinto en su obra que antes no se observaba, hubo un cambio en el estilo de la naturaleza muerta que pintó en 1952, se volvieron agitadas y salvajes no muestran detalles tan refinados y limpios como los de su trabajo anterior. 
Era obvio que el final estaba cerca, fue por ello que en 1953 su amiga Lola Álvarez Bravo se apresuró a organizar una exposición exclusiva de Frida Kahlo en su galería de arte contemporáneo.
Hasta entonces solamente se le habían hecho exposiciones en el extranjero, sería la primera para la artista en su país natal, lo que constituía un gran triunfo que ayudaría a aligerar las derrotas sufridas con su enfermedad.
Fue todo un suceso, más de 200 invitados abarrotaron el lugar, cuatro meses después de la exposición Frida sufrió un terrible golpe, la gangrena que padecía en la pierna derecha estaba ya muy avanzada, no quedaba otra alternativa y en agosto de 1953 le amputaron la pierna.
Pasaba mucho tiempo en cama con una enfermera cuidándola día y noche, cuando se daba ánimo para pintar lo hacía amarrada a una silla con una faja para sostenerle la espalda, esto le permitía trabajar en su estudio, pero solo por ratos cortos antes de rendirse a los insoportables dolores.
El 2 de julio de 1954, recuperándose aún de una bronconeumonía asistió a una manifestación política, esta fue la última vez que se le vio en público. Ella sabía que la muerte estaba cerca, escribió en su diario unos días antes "Esperó alegre la salida y espero no volver jamás".
Murió unos días después de haber cumplido 47 años, el 13 de julio de 1954, como causa de su muerte se estableció embolia pulmonar, pero algunos no descartan la posibilidad de que haya sufrido una sobredosis involuntaria de medicamentos. 
Frida Kahlo fue velada en el Palacio de Bellas Artes, Diego estaba destrozado no le importo romper su promesa de no meter la política en la ceremonia, un discípulo de Frida se acercó y colocó una bandera roja con un martillo y una hoz sobre el ataúd. 
La cremaron y sus cenizas se encuentran en la casa azul de Coyoacán que Diego Rivera donó al pueblo mexicano en 1955 y que ahora aloja el museo Frida Kahlo.
Frida Kahlo es el más grande de los pintores mexicanos su obra es uno de los mejores y mayores legados que conoce la humanidad.